Ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz – Resumen

Este libro fue escrito por Héctor García y Francesc Miralles, quienes en un encuentro que tuvieron, entre charla y charla nombraron el concepto japonés del Ikigai, por lo cual decidieron viajar a Japón, específicamente a Ogimi, en Okinawa, para entrevistar a los hombres longevos que viven en esa isla.

 

En este resumen se revelan los secretos de los longevos de Japón, qué los mantiene activos y saludables a pesar de su avanzada edad.

Una de las razones es el Ikigai, que es encontrar los motivos para vivir.

 

Pero además de eso, en este libro, los centenarios de Japón comparten sus otras herramientas claves para una vida saludable y feliz.

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Acá te voy a dejar algunos puntos importantes del libro, también podrás escucharlo completo en el podcast.


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Muchos de ustedes quizás han escuchado sobre los récords en longevidad que tiene Japón, específicamente en la ciudad de Okinawa.   Al parecer su secreto yace en el concepto del Ikigai, que se puede traducir de forma amplia y simple como “la felicidad de estar siempre ocupado”.

 

Este concepto guarda relación con lo que en occidente conocemos como Logoterapia, que es básicamente la terapia del significado de la vida.

 

Este tipo de psicología fue aplicada por Viktor Frankl, primero en él mismo y luego en otros pacientes.

 

La filosofía Ikigai

 

Okinawa está considerada como una de las llamadas “zonas azules”, que son los lugares en el mundo donde las personas son más longevas.

 

Las otras cuatro zonas azules son: Cerdeña en Italia, Loma Linda en California, Península de Nicoya en Costa Rica e Icaria en Grecia.

 

El concepto de Ikigai está arraigado en Okinawa.  Para los japoneses todo el mundo tiene un ikigai, que viene a ser aquella razón por la que nos levantamos por la mañana, es aquello que nos motiva a vivir un día más.

 

El ikigai está escondido en nuestro interior y requiere una exploración paciente para llegar a lo más profundo de nuestro ser y encontrarlo.

 

La satisfacción, felicidad y significado de la vida vienen de tener un Ikigai claro y definido, una gran pasión.

 

Pero para llegar a tener una vida larga, además del Ikigai o propósito de vida, que es considerada sin duda la clave principal para los habitantes de Okinawa, los científicos que se han dedicado a investigar las vidas de pobladores de las cinco zonas azules, coinciden que es necesario también tener una dieta balanceada, hacer ejercicio y tener buenas conexiones sociales, es decir, contar con muchos amigos y buenas relaciones dentro de la familia.

 

La logoterapia

 

Para hablar de la logoterapia, sin duda debo mencionar a su fundador Viktor Frankl, quien fue un psicólogo austriaco que por ser judío fue enviado a campos de concentración al igual que su familia.

 

Pasó no solo por uno, sino por 4 campos, incluido Auschwitz, desde 1942 a 1945.  Su esposa, sus padres y demás familiares murieron en los campos de concentración

 

Durante su supervivencia en los campos de concentración, un día tomó consciencia plena y se dio cuenta que en su interior él podía decidir de qué modo podía afectarle todo aquello.

 

A partir de allí empezó a imaginarse a si mismo dando charlas a sus alumnos luego de ser liberado de los campos de concentración, exponiendo lo que había aprendido durante la tortura.

 

Pero sobre todo lo que lo mantuvo vivo fue el recuerdo de su esposa, y la esperanza de reencontrarse.   Confirmó por si mismo la frase del filósofo Nietzche: “Aquellos que tienen un “por qué” para vivir, pese a la adversidad, resistirán”

 

¿Qué hizo luego del holocausto?

 

Decidió utilizar sus vivencias (dolorosas y traumáticas) para poder transmitir a los otros la importancia de encontrarle un sentido a la vida, a través del libro “El hombre en busca de sentido”

 

¿Qué hace entonces la logoterapia?

 

Pues la respuesta es bien clara: encontrar motivos para vivir.

 

La logoterapia impulsa al paciente a descubrir conscientemente el sentido de su vida para enfrentarse a sus neurosis.

 

Viktor en sus consultas se encontraba con pacientes que habían perdido las ganas de vivir, y les hacía la pregunta: ¿por qué no te suicidas?.

 

Los pacientes daban todos los motivos por los cuales no lo hacían, y he ahí donde encontraban todos loso motivos para vivir.

 

Por lo tanto, podemos resumir el proceso de la logoterapia en estos cinco pasos:

  1. La persona siente un vacío, una frustración o ansiedad.
  2. El terapeuta le hace ver que siente un deseo por tener una vida significativa.
  3. El paciente descubre el sentido de su existencia (de ese momento de su vida).
  4. A través de la voluntad, el paciente escoge entre aceptar ese destino o no hacerlo.
  5. Este nuevo impulso vital le ayuda a sobreponerse a los obstáculos y los pesares.

 

El vacío existencial, es típico de las sociedades modernas y surge porque el hombre hace lo que otros hacen o le dicen, en vez de lo que él desearía hacer.

 

La frustración existencial, que aparece por no encontrarle un sentido a la vida, la logoteropia lo cataloga como una angustia espiritual, y al contrario de verlo como un problema, lo considera como beneficioso para el ser humano, porque lo impulsa a buscarle remedio y de esta forma conseguir una satisfacción vital.

 

Algunas claves de la logoterapia para una vida mejor

  • El hombre no inventa el sentido de su existencia, sino que lo descubre.
  • El sentido de la vida es propio para cada individuo, y puede reconvertirse y cambiar muchas veces a lo largo de los años.
  • De la misma forma que la aprensión hace que se produzca aquello que se teme, la excesiva atención hacia aquello que se desea, hace que no llegue.
  • El humor puede ayudar a desbloquear círculos viciosos y liberar ansiedades.
  • El ser humano tiene la capacidad de actuar de forma noble y de forma vil indistintamente. Dependerá de sus decisiones y no de sus condiciones la postura que finalmente adopte.

Claves de la filosofía Ikigai y consejos de como ponerlas en práctica

 

Estas claves están basadas en las entrevistas que hicieron los autores a cientos de longevos en su estancia en Ogimi, al norte de la isla de Okinawa, donde fueron especialmente para conocer más sobre el Ikigai.

 

Los buenos amigos

 

En Okinawa existe la tradición del moai, es un grupo informal de gente con intereses comunes que se ayuda entre sí.

 

Para muchos, el servicio a la comunidad se convierte en uno de sus ikigais.

 

El origen de los moais viene de los tiempos difíciles, cuando los agricultores se juntaban para intercambiar información sobre las mejores formas de cultivar, así como para ayudarse los unos a los otros en caso de que la cosecha no fuera bien ese año.

 

A través de los moais la gente se siente parte de una comunidad, de hecho aportan una cantidad mensual establecida, pago que les permite asistir a reuniones, cenas, juegos o cualquier actividad que ser organice.

 

De esta forma los ancianos siempre tienen actividades a las cuales asistir y forman vínculos de amistad con los demás miembros, ayudando esto a mantener la estabilidad emocional.

 

Pero también la financiera, pues si alguien del grupo se encuentra con dificultades económicos se le ayuda de los fondos que tiene el grupo.

 

Este sentimiento de pertenencia y ayuda mutua aporta seguridad a la persona y contribuye a aumentar la esperanza de vida.

 

Así que sin importar la edad que cada uno de los oyentes de este podcast tenga, busquen siempre rodearse de buenos amigos, traten de pertenecer a una comunidad o colectividad, los lazos de amistad y compañerismo son una clave importante para una buena vida y para una vida con sentido.

 

Dieta Ikigai

 

Otra de las claves de la filosofía Ikigai es la dieta.  Los autores revelan que en Ogimi,pudieron observar la dieta de los nativos, y nos compartes los puntos importantes:

 

  • Se debe comer mucha variedad de alimentos, sobre todo de origen vegetal.
  • Comer al menos cinco platos de verdura o fruta al día.
  • La técnica más sencilla para saber si hay suficiente variedad en la mesa es la de la variedad de color.
  • Los cereales son la base de la dieta. Los japoneses comen arroz blanco a diario.
  • No consumir azúcar de forma directa.
  • Aplicar la ley del 80 %.

Hara hachi bu

La ley del 80%  consiste en dejar de comer  cuando sientas que estás casi lleno pero que podrías comer algo más.

 

Una forma muy fácil de comenzar a aplicar el hara hachi bu es dejar de comer postres. O reducir un poco la porción que sueles comer. Te tienes que quedar con un poco de hambre al terminar.

 

En Ogimi lo típico es combinarlo todo en muchos platitos pequeños: uno con arroz, uno con verduras, un bol con sopa de miso, uno con algo para picar.

 

La clave para consumir pocas calorías y estar sano es comer muchos alimentos con alto valor nutritivo, conocidos en inglés como superfoods (superalimentos), y restringir los que tienen exceso de calorías vacías, cuyo aporte energético no es aprovechado por el ser humano.

 

Si la rutina laboral no nos permite aplicar la ley del 80 % diariamente, una alternativa es ayunar uno o dos días por semana. La dieta 5:2 consiste en ayunar dos días a la semana (menos de 500 kcal los días de ayuno) y el resto de los días comer normal.

 

Mover el cuerpo

 

La siguiente clave de la filosofía Ikigai es mover el cuerpo, ser activos.

 

Y no se habla específicamente de deportes o ir a un gimnasio, sino de moverse durante la rutina diaria, caminar hacia los lugares, o simplemente levantarse de la silla.

 

Lo que los autores pudieron observar en Ogimi es como los ancianos estaban siempre en movimiento, desde el amanecer, haciendo trabajos en sus huertos, caminando hacia las actividades que organizaba el moai, o incluso hubo un anciano que cada mañana caminaba hasta la calle por donde pasaban los niños hacia la escuela para darles el buenos días.

 

Debido a la vida en la ciudad, en occidente se están popularizando disciplinas orientales para equilibrar alma, cuerpo y mente. A continuación un breve descripción y beneficios de cada una:

 

El Yoga

 

El Yoga procede de la India, donde se desarrolló hace milenios para tratar de unir en comunión los elementos físicos y mentales del ser humano.

 

Los principales objetivos del Yoga son:

  • La aproximación a nuestra naturaleza humana.
  • La purificación mental y física.
  • La aproximación a lo divino.

 

Tai Chi

 

Es un arte marcial chino, que inicialmente buscaba la superación personal. Su finalidad era la autodefensa, pero se fue convirtiendo cada vez más en una técnica para promover la salud y la paz interior.

 

El Tai Chi tiene los siguientes objetivos:

  • Controlar el movimiento con la quietud.
  • Superar la fuerza con la delicadeza.
  • Moverse después pero llegar primero.
  • Conocerse a uno mismo y al oponente.

 

Qigong

 

También conocido como Chi Kung, deriva de qi, energía vital, y gong, trabajo con lo que su objetivo es trabajar con la fuerza vital del organismo.

 

El Qigong se practica mediante ejercicios físicos, estáticos o dinámicos, que estimulan la respiración, desde la posición erguida, sentada o estirada.

 

Beneficios del Qigong:

  • Modificaciones en las ondas cerebrales.
  • Mejora del balance de hormonas sexuales.
  • Menor mortalidad por casos de infarto.
  • Mejora de la presión sanguínea en los pacientes hipertensos.
  • Refuerzo de la densidad de los huesos.
  • Mejora de la circulación de la sangre.
  • Ralentización de los síntomas asociados a la senilidad.
  • Mayor efectividad y equilibrio entre las funciones del cuerpo.
  • Mayor irrigación cerebral y comunicación mente-cuerpo.
  • Incremento de la fortaleza de la función cardiaca.
  • Disminución de los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer.

 

Shiatsu

 

Originario de Japón, y creado a principios del siglo XX principalmente para el tratamiento de la artritis, se centra también en el trabajo de las energías por medio de la presión, especialmente por imposición de los pulgares y las palmas de las manos.

 

Combinado con estiramientos y ejercicios de respiración, busca crear el equilibrio entre los diferentes elementos del cuerpo.

 

Resiliencia 

 

La resiliencia es la habilidad para afrontar contratiempos.

 

El resiliente sabe mantenerse centrado en sus objetivos, en lo importante, sin dejarse llevar por el desánimo. Su fuerza procede de la flexibilidad, de saber adaptarse a los cambios y a los golpes del destino. Se centra en los factores sobre los que tiene control sin preocuparse por cosas que no puede controlar.

 

Una de las características comunes de todos aquellos que tienen un Ikigai bien definido es que persisten en su pasión pase lo que pase.  Cuando la vida les da reveses, cuando todo son obstáculos, nunca se rinden. Siguen luchando pase lo que pase.

 

Y es que hay que entender que tarde o temprano, todos tenemos que afrontar momentos difíciles, y la forma en que lidiemos con esos momentos puede suponer una gran diferencia en nuestra calidad de vida.

 

Entrenar la mente, el cuerpo y nuestro estado emocional resiliente es fundamental para afrontar los contratiempos de la vida.

 

Cuanto más resilientes  seamos, más fácil nos será levantarnos y recuperar el sentido de nuestra vida.

 

Para poder desarrollar la resiliencia el autor nos invita a tomar algunos conceptos útiles del estoicismo y del budismo.

 

Estoicismo y budismo para la resiliencia emocional

 

Desde su fundación, uno de los objetivos, tanto del budismo como del estoicismo, es el control de los placeres, deseos y emociones.

 

Aunque ambas filosofías son muy diferentes, tienen como objetivo común reducir nuestro ego y controlar las emociones negativas, es decir son en el fondo metodologías para practicar el bienestar.

 

Según el estoicismo, nuestros deseos y placeres no son el problema. Podemos disfrutar de ellos siempre y cuando no tomen control de nosotros. Para los estoicos, aquellos que lograban controlar sus emociones eran personas virtuosas.

 

Para los estoicos, el objetivo de la persona virtuosa es conseguir tranquilidad, un estado de ausencia de emociones negativas como ansiedad, miedo, pena, vanidad, y con presencia de emociones positivas como, por ejemplo, alegría, amor, serenidad o gratitud.

 

  • Para ello utilizan la técnica de la visualización negativa, en la que contemplan eventos negativos, pero sin preocuparse por ellos.   De esta forma imaginaban “lo peor que podría pasar”, para así estar preparados en caso de que ciertos privilegios y placeres desaparezcan de su vida.

 

  • Meditar para sanar las emociones es otro de los fundamentos de la práctica estoica, esto significa  ser consciente de lo que está bajo nuestro control y de lo que no., porque no sirve de nada preocuparse por lo que está fuera de nuestro control.

Para los budistas la meditación no consiste sólo en dejar la mente en blanco, sino en observar tus pensamientos y emociones conforme van apareciendo sin dejarse llevar por ellos.

 

  • El ahora y la impermanencia de las cosas: otra de las claves para cultivar la resiliencia es saber en qué tiempo vivir.

No debemos preocuparnos por el pasado o el futuro, sino apreciar las cosas tal y como son en este momento, en el ahora.

Así también ser conscientes de que todo lo que tenemos y todas las personas que queremos desaparecerán en algún momento. Y eso es algo que debemos tener en mente, pero sin ser pesimistas.

Ser conscientes de la impermanencia de las cosas no nos tiene que entristecer, sino que nos ha de servir para amar el presente y a los que nos rodean.

 

Wabi-sabi e ichi-go ichi-e

 

El wabi-sabi es un concepto japonés que enseña la belleza de la naturaleza perecedera, cambiante e imperfecta de todo lo que nos rodea. En vez de buscar belleza en lo perfecto, lo busca en lo imperfecto, en lo incompleto.

 

Un concepto japonés complementario sería el Ichi-go ichi-e, que se podría traducir como “este momento sólo existe ahora y no se volverá a repetir”.  Lo utilizan especialmente en reuniones con amigos, familiares o desconocidos, para recordarse que ese momento es único y no se repetirá.

 

Fluir con cada tarea

 

Y como última clave de la filosofía Ikigai tenemos el fluir con cada tarea.

 

El poder del flow

 

Este es un concepto introducido por Mihaly Csikszentmihalyi, quien estudió en profundidad el estado en el que los seres humanos entramos cuando estamos totalmente inmersos en una tarea.

 

Lo llamó estado de fluir, flow en inglés, y lo definió así: el placer, deleite, creatividad y el proceso en el que estamos inmersos totalmente en la vida.

 

Piensen en alguna actividad que pueden hacer por horas, con toda su concentración puesta en ella, que les produzca felicidad o satisfacción, que se puedan sumergir tanto en ella que el tiempo se les pase sin darse cuenta, que no den lugar a distracciones como redes sociales, teléfonos, Netflix, nada.

 

Puede ser algo que ustedes consideren como su pasión, a lo que quisieran dedicarse toda su vida, o simplemente alguna actividad de ocio que realmente disfrutan.

 

Al ser la experiencia en sí misma tan agradable, las personas la siguen haciendo aunque tengan que sacrificar otros aspectos de la vida .

 

Al entrar en estado de fluir se obtiene satisfacción y consciencia plena, pues la consciencia está en orden, por lo tanto debemos centrarnos en incrementar el tiempo que pasamos realizando actividades que nos hagan entrar en estado de fluir.

 

Ahora bien, hay actividades importantes que tenemos que realizar pero con las cuales nos es muy fácil distraernos, no tenemos concentración y solemos perder mucho tiempo,  a continuación una serie de técnicas para maximizar las probabilidades de entrar en «flow».

 

Técnica 1 para fluir: Elegir un reto lo suficientemente difícil, pero no demasiado

 

Lo ideal es encontrar el término medio, algo que esté acorde con nuestras habilidades, pero un poco por encima de ellas para que constituya un reto.

 

Si la tarea es sencilla entonces nos aburriremos pronto, pero en cambio si es muy compleja podríamos desistir fácilmente.

 

Técnica 2 para fluir: tener objetivos concretos y claros

 

Antes de empezar con alguna tarea o actividad es importante reflexionar sobre la misión que tenemos que cumplir antes de ponernos a trabajar en ello, o de estudiar, o de crear algo.

 

Para ello hay que hacerse las preguntas adecuadas. Por ejemplo:

¿Cuál es tu objetivo durante tu sesión de estudio esta tarde?

¿Cuál es la misión de tu equipo?

 

Tener objetivos claros es importante para entrar en fluir, pero hay que saber dejarlos a un lado cuando estamos en acción.

 

Una vez comenzamos el viaje, el objetivo tiene que estar claro, pero no tenemos que obsesionarnos con él.

 

Técnica 3 de fluir: concentración en una sola tarea

 

¿Eres multitarea?.  Muchos de nosotros pensamos que juntando varias tareas ahorramos tiempo, pero la evidencia científica indica lo contrario.  De hecho las personas que dicen ser multitarea son menos productivas.

 

Está demostrado científicamente que, si el cerebro está continuamente cambiando de tareas, pierde tiempo, incrementa el número de errores y la retención de la memoria es peor.

 

Otros estudios indican que trabajar en varias cosas a la vez baja nuestra productividad al menos un 60 % y que nuestro coeficiente intelectual se reduce más de 10 puntos.

 

Según Mihaly, para estar concentrado en una actividad necesitamos:

  • Estar en un buen entorno que no nos despiste.
  • Tener control sobre lo que estamos haciendo en todo momento.

 

¿Qué podemos hacer para entrenar nuestro cerebro a concentrarse en una sola tarea?

  • No mirar ninguna pantalla la primera hora del día ni la última hora del día.
  • Apagar el teléfono antes de entrar en «flow», o en modo nocturno para recibir llamadas solo en casos de emergencia.
  • Un día a la semana hacer ayuno de dispositivos electrónicos.
  • Ir a una cafetería sin wifi.
  • Leer y responder e-mails sólo una vez o dos veces al día. Definir esas dos veces y cumplirlo.
  • Inicia tu misión con un ritual que te guste y terminarla con una recompensa.
  • Entrena tu consciencia para volver al presente cuando notes que te distraes. Mindfulness, meditación, caminar, nadar o cualquier actividad que te ayude a centrarte.
  • Trabaja en un entorno sin personas que te puedan interrumpir.
  • Junta tareas rutinarias que puedas terminar a cierta hora del día. Por ejemplo, enviar facturas, hacer una llamada telefónica, etc.

 

 

10 leyes del Ikigai

 

Son diez leyes extraídas de la sabiduría de los ancianos de Ogimi:

 

  • Mantente siempre activo, nunca te retires. Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida.  Por eso, incluso después de haber terminado la vida laboral oficial, es importante seguir haciendo cosas de valor, avanzando, aportando belleza o utilidad a los demás, ayudando y dando forma a nuestro pequeño mundo.
  • Tómatelo con calma. Las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida.  Cuando dejamos atrás las urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado.
  • No comas hasta llenarte. recuerda la ley del 80 %, para preservar la salud mucho tiempo, hay que comer un poco menos del hambre que tenemos.
  • Rodéate de buenos amigos. Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones.
  • Ponte en forma para tu próximo cumpleaños. Busca moverte, además el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad.
  • Sonríe. Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona.
  • Reconecta con la naturaleza. Busca momentos para salir de la ciudad y rodearte de naturaleza.
  • Da las gracias. Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de felicidad.
  • Vive el momento. Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Todo lo que tienes es el día de hoy.
  • Sigue tu Ikigai. Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja a dar lo mejor de ti mismo hasta el final. Si no lo has encontrado aún, como decía Viktor Frankl, tu próxima misión será encontrarlo.

 

 

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