El mito del carisma de Olivia Fox

Olivia Fox nos presenta herramientas prácticas, de aplicación inmediata para que aprendamos a proyectar carisma.

 

Para esto es necesario administrar nuestro ecosistema mental, comprender y entender a nuestras propias necesidades, así como conocer qué conducta hace que los demás nos vean como carismáticos y aprender a mostrarla.

 

Acá te voy a dejar algunos puntos importantes del libro, también podrás escucharlo completo en el podcast.



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El carisma

 

Generalmente las personas suelen pensar que el carisma se tiene o no se tiene, es decir, que es algo innato de la persona, sin embargo el carisma es una habilidad que se puede aprender y practicar.

 

¿Qué hace el carisma por una persona?.  El carisma hace que le guste a los demás, que éstos confíen en ella y que quieran que los lidere.

 

Pero la fuerza del carisma no solo es valiosa en el ambiente empresarial. Es útil para una madre o padre que necesita influir en sus hijos, en los maestros de sus hijos o en otros miembros de la comunidad.

 

El carisma ha sido objeto de un análisis minucioso por parte de sociólogos, psicólogos y científicos especialistas en el conocimiento y la conducta. Gracias a esas investigaciones, ahora comprendemos que el carisma es un conjunto de comportamientos.

 

Y contrario a lo que se cree, las personas carismáticas no son carismáticas en cada instante de cada día.

 

La autora comenta que por ejemplo Marilyn Monroe podía “apagar” su carisma igual que si le diera a un interruptor, y pasar totalmente desapercibida. Para ponerlo de nuevo en marcha, sólo tenía que cambiar su lenguaje corporal.

 

El carisma es el resultado de conductas no verbales específicas, no una cualidad personal intrínseca o mágica.

 

Los mitos del carisma

 

Los mitos comunes del carisma son: que para ser carismático, hay que ser bullicioso o extrovertido por naturaleza, que hay que ser atractivo y que hay que cambiar la personalidad.

 

Sin embargo aplicando las herramientas y técnicas adecuadas se puede lograr ser carismáticos.

 

Las conductas carismáticas: presencia, poder y cordialidad

 

¿Qué aspecto tiene una conducta carismática?

 

Cuando conocemos a alguien carismático, tenemos la impresión de que tiene mucho poder y de que le caemos muy bien.

 

Por lo tanto, para ser carismáticos lo único que tenemos que hacer es dar la impresión de que poseemos, mucho poder y mucha cordialidad.

 

Así también otra característica que sale a relucir cuando se piensa en alguien carismático, como por ejemplo Bill Clinton o el Dalai Lama es la presencia de esa persona.

 

La presencia es un componente central del carisma.

 

Por lo que podemos decir que La conducta carismática se puede desglosar en tres elementos clave: Presencia, poder y cordialidad

 

Presencia

 

Estar presente significa simplemente ser conscientes, en cada momento, de lo que está pasando. Significa prestar atención a lo que sucede, en lugar de estar ensimismados en nuestros propios pensamientos.

 

Cuantas veces nos sucede que estamos conversando con alguien y de repente algún pensamiento se nos cruza por la mente y dejamos de prestar atención así sea por dos segundos, o simplemente mientras nos hablan empezamos a pensar en la respuesta que les daremos a sus argumentos.

 

Quizá pensemos que podemos fingir que estamos presentes. Creemos que mientras parezcamos estar atentos, no pasa nada por dedicar nuestro cerebro a otras cosas.

 

Pero cuando no estamos plenamente presentes en una interacción, los demás lo verán, debido a que nuestro lenguaje corporal envía un mensaje claro que los demás podrán leer, así sea a nivel subconsciente.

 

Permanecer presente del todo no siempre es fácil y hay dos razones principales.

 

La primera es que nuestro cerebro está programado para prestar atención a nuevos estímulos, sean visiones, olores o sonidos.

 

La segunda razón es que nuestra sociedad alienta la distracción.  Esto puede acabar llevándonos a un estado de atención parcial continuada, en el cual nunca prestamos toda nuestra atención a una única cosa.

 

La presencia es difícil para casi todos nosotros.

 

Para empezar a practicar la atención plena intenten el siguiente ejercicio:

 

Vayan a un lugar razonablemente tranquilo donde puedan cerrar los ojos, sea (sentados o de pie),  y tengan a mano un aparato para controlar el tiempo.

 

Cierren los ojos y traten de concentrarse en una de estas tres cosas: los sonidos que les rodean, su respiración o las sensaciones que notan en los dedos de los pies, durante un minuto.

 

Estas son tres sencillas técnicas para aumentar, de forma inmediata, el carisma en las interacciones personales.

 

Seguramente mientras hagan el ejercicio va a ser difícil mantener la atención durante ese minuto, es normal, la presencia es difīcil para casi todos nosotros.  Pero con la práctica va a ir mejorando.

 

Intenten practicar la presencia plena en la próxima conversación que tengan con alguien, noten si su mente divaga fácilmente, luego intenten poner en práctica alguna de las 3 técnicas al menos por un segundo, es decir concentrarse en un sonido, hacer una respiración o notar las sensaciones de los dedos de los pies, y de esta forma volverán a estar presentes.

 

La capacidad para estar plenamente presentes hace que nos destaquemos de entre la multitud; nos hace memorables.

 

Las personas con las que estamos sentirán que disfrutan de toda nuestra atención y que, para nosotros, son lo más importante del mundo en ese momento.

 

Poder y cordialidad

 

El poder por lo general se percibe por la apariencia de esa persona, por la reacción de los demás ante ella y, sobre todo, en el lenguaje corporal de esa persona.

 

La cordialidad es en cambio la benevolencia hacia los demás.

 

La cordialidad se valora casi por completo a través de la conducta y el lenguaje corporal

 

Se han hecho experimentos de laboratorio e investigaciones y estas han demostrado que el poder y la cordialidad son las dimensiones que  evaluamos en primer lugar y a las que damos la mayor importancia al valorar a los demás.

 

Si tendemos a aceptar lo que alguien proyecta, pues en base a eso es que hacemos nuestra evaluación, esto quiere decir que sencillamente aumentando nuestra proyección de poder o de cordialidad, aumentará nuestro nivel de carisma.

 

Por lo tanto la combinación de presencia, poder y cordialidad es una de las más eficaces para ayudarnos a maximizar todo nuestro potencial carismático.

 

Si ponemos atención a lo dicho anteriormente, entenderemos que muchas veces una persona no necesita ni siquiera expresar una palabra para ser considerada como carismática, esto lo logra solo a base de su comunicación no verbal.

 

Y es que la comunicación no verbal está grabada en nuestro cerebro mucho más profundamente que las capacidades de procesamiento del lenguaje, desde antes de que exista el lenguaje hablado ya se lograban comunicar nuestros antepasados.

 

En conclusión, si nuestro lenguaje corporal no es el adecuado, no seremos carismáticos.

 

El carisma empieza en la mente

 

Sin que nos demos cuenta, nuestro cuerpo emite miles de señales cada minuto.

 

El lenguaje corporal es demasiado abundante como para que podamos controlarlo conscientemente, es prácticamente imposible.

 

Dado que nuestro subconsciente es responsable de la mayoría de nuestras señales no verbales, hay que orientar nuestro subconsciente de una manera apropiada, para solucionar la cuestión.

 

Hay que ser conscientes de que si nuestro estado interno es diferente de lo que tratamos de expresar, antes o después en nuestra cara aparecerá lo que se llama una microexpresión, los demás pueden leer nuestra expresión en un cortísimo espacio de 17 milisegundos.

 

Por lo tanto, nuestro lenguaje corporal expresa nuestro estado mental tanto si nos gusta como si no.

 

Entonces para ser efectiva cualquier conducta carismática debe originarse en la mente.

 

En libros anteriores hemos descubierto ya que nuestra mente no puede distinguir lo que es real de lo que es ficción.

 

Entonces si lo que nuestra mente cree, nuestro cuerpo lo manifestará, simplemente entrando en un estado mental carismático, nuestro cuerpo manifestará un lenguaje corporal carismático.

 

En medicina el poderoso efecto positivo de la mente en el cuerpo es conocido como efecto placebo.

 

El efecto placebo es la base de muchas de las mejores técnicas existentes para potenciar el carisma.

 

Obstáculos a la presencia, el poder y la cordialidad

 

Existen dos tipos de obstáculos que se interponen al momento de proyectar presencia, poder y cordialidad, estos son: el malestar físico y el malestar mental.

 

Malestar físico

Un malestar físico puede ser el hambre, que no nos deja pensar con claridad, o que la ropa que estemos utilizando nos incomode, o que simplemente el sol nos esté dando directo en los ojos provocando una expresión facial de molestia.

 

Cualquier malestar físico que afecte a nuestro estado externo, se hará visible a través de nuestro lenguaje corporal, y por ende puede afectar, aunque sólo sea levemente, a lo carismáticos que los demás perciben que somos.

 

Si estamos hablando con alguien y esa persona desconoce de nuestro malestar lo más probable es que atribuya nuestros gestos con algo que dijo, pues la mayoría tendemos a interpretar lo que pasa como algo relacionado con nosotros.

 

Para contrarrestar el malestar físico que perjudica el carisma hay que seguir 3 pasos:

 

  1. Prevenir:  hacer planes por adelantado para impedir que ese malestar se produzca. Revisar la ropa a utilizar, el lugar donde estaremos, comer antes o no comer, de acuerdo a la situación, etc.
  2. Reconocer: mantenerse alerta al malestar físico. Comprobar nuestra cara de vez en cuando, no debe estar tensa.
  3. Remediar o explicar. cuando no sea posible aliviar el malestar físico, es incluso más importante impedir que los demás se tomen su tensión como algo personal.

 

Malestar mental

 

El malestar mental, aunque se origina en la mente puede afectar a todo nuestro cuerpo, pues afecta tanto a la manera en que nos sentimos como al modo en que nos ven.

 

El malestar mental puede ser el resultado de la ansiedad, la insatisfacción, la autocrítica, la duda sobre uno mismo, formas todas ellas de negatividad interna

 

La ansiedad

La ansiedad suele producirse por estar en un estado de duda o incertidumbre, esto nos causa una situación incómoda, nos es difícil tolerarla y esto puede hacer que tomemos decisiones prematuras.

 

El no tener certeza del resultado de una acción o de una decisión trae consigo angustia, esta afecta a nuestro estado interno y a su vez puede reducir nuestra confianza.

 

Nuestra mente se siente fundamentalmente incómoda con la incertidumbre.

 

Como es necesario aprender a manejar la incertidumbre para potenciar el carisma, a continuación la autora nos brinda la técnica llamada la transferencia de responsabilidad:

 

  1. Siéntate cómodamente o acuéstate directamente, relájate y cierra los ojos.
  2. Respira hondo dos o tres veces. Mientras inspiras, imagina que llevas aire limpio hacia la parte superior de la cabeza. Mientras espiras, deja que el aire lo recorra de arriba abajo, limpiando todas las preocupaciones e inquietudes.
  3. Elije una entidad (Dios, el Destino, el Universo, lo que mejor encaje en tus creencias) a la que puedas imaginar como benevolente.
  4. Imagina que te sacas el peso de todo lo que te inquieta de la espalda y lo colocas en la espalda de la entidad que hayas elegido. Ahora ella se encargará.
  5. Visualmente, sácate todo de encima y siente la diferencia ahora que ya no eres responsable del resultado de ninguna de estas cosas. Alguien se encarga de todo. Puedes recostarte en la silla, relajarte y disfrutar de todo lo bueno que puedas encontrar en tu camino.

 

La próxima vez que sientas que está sopesando resultados alternativos para una situación, prueba a hacer una transferencia de responsabilidad para aliviar parte de la angustia.

 

La transferencia de responsabilidad no disipa la incertidumbre (el resultado sigue siendo incierto), pero sí que hace que esa incertidumbre sea menos incómoda.

 

Al ofrecer a nuestra mente la posibilidad de que la responsabilidad ha sido transferida, estamos dando un buen uso al maravilloso efecto placebo.

 

Autocrítica

Cuando nuestra voz interior empieza a criticarnos, arremetiendo contra nosotros, puede parecer que sufrimos un ataque y por ende esto genera una reacción física automática conocida como respuesta a una amenaza.

 

Los efectos de esta activación son bien conocidos, dispara la adrenalina y el cortisol,  las hormonas del estrés, a su vez nuestro organismo cancela las funciones que no son urgentes, como la digestión por ejemplo, pero también bloquea el pensamiento analítico, la percepción creativa y la solución de problemas.

 

La autocrítica es uno de los obstáculos más comunes para una gran actuación en cualquier campo,  afecta a la manera en que nos perciben los demás.

 

Duda de uno mismo

Dudar de nosotros mismos es una falta de confianza en nuestra propia capacidad para lograr algo.

 

Esto puede generar un fenómeno denominado como síndrome del impostor, que hace que personas competentes crean que, en realidad, no saben lo que están haciendo y esperan que alguien los delate como fraudes.

 

Saber cómo manejar el síndrome del impostor y la crítica interna es esencial para liberar nuestro potencial de carisma.

 

 

Cómo superar los obstáculos

 

Esta herramienta es una técnica de 3 pasos, que consiste en: eliminar el estigma del malestar, neutralizar la negatividad y reescribir la realidad.

 

Paso 1: Eliminar el estigma del malestar

 

Al decir estigma del malestar, nos referimos a que muchas veces pensamos que esa experiencia es algo que solo nos ocurre a nosotros, cuando debemos comprender que es algo normal, común, y no debe causarnos ansiedad o avergonzarnos.

 

Sentir malestar y negatividad internos es una parte natural de la vida, aunque a veces sintamos que «no deberían» estar sucediendo.

 

Las emociones incómodas son normales, naturales; son simplemente un legado de nuestro instinto de supervivencia. Todos las experimentamos de vez en cuando.

 

Otra forma de eliminar el malestar podría ser el pensar en otras personas que hayan pasado por esa situación antes, así sea que esa o esas personas no nos puedan contar directamente como ocurrió, nos podemos ayudar Imaginándolos pasar por esa experiencia.

 

Preferiblemente pensar en alguien con quien podamos sentirnos conectados y a quien podamos admirar.

 

Y finalmente, otro modo de eliminar el estigma del malestar es recordarnos que no estamos solos. Docenas, cientos o miles de personas están pasando por lo mismo que nosotros en este mismo momento.

 

Paso 2: Neutralice la negatividad

 

Una de las razones principales de que nos afecten tanto nuestros pensamientos negativos es que pensamos que nuestra mente comprende la realidad con exactitud, y que sus conclusiones son generalmente válidas.

 

Sin embargo, el cerebro filtra la información pertinente, sea la que considera importante o aquello a lo que le hemos pedido, conscientemente, que prestara atención, por ende nuestra mente no nos ofrece una representación completa y exacta de la realidad.

 

Así que cuando estemos proyectando escenarios negativos pensemos por un momento que estamos dejando de lado una parte de la realidad, podrían ser de utilidad los siguientes consejos:

 

  • No dar por sentado que nuestras ideas son exactas. Notar que estamos pasando por alto una gran cantidad de elementos, muchos de los cuales podrían ser positivos.
  • Ponerle una etiqueta a esa experiencia negativa: autocrítica, rabia, ansiedad, etc. Sólo con nombrar lo que se piensa y siente puede ayudar a neutralizarlo.
  • Despersonalizar la experiencia. En lugar de decir “Estoy avergonzado”, probar con “Aquí hay un sentimiento de vergüenza”. Es como mirar desde afuera de la caja, es decir, imaginar que la situación nos es ajena y que somos simples espectadores.
  • Imaginar que la charla mental procede de una radio; entonces decidir bajar el volumen o, incluso, apartarla a un lado y dejar que siga parloteando.
  • Pensar en todas las veces anteriores en que nos hemos sentido así, pensando que no lo superaríamos, y, sin embargo, lo hemos superado.

 

Paso 3: Reescriba la realidad

 

Consiste en decidir cambiar de opinión sobre lo que ha sucedido.  Investigaciones demuestran que decidir cambiar lo que creemos es una solución mucho más eficaz y sana que tratar de reprimir o ignorar las emociones.

 

Como nos es casi imposible saber con seguridad qué motiva los actos de alguien, entonces lo mejor es elegir la explicación que más útil sea para nosotros y crear una versión de los acontecimientos que nos lleve al estado mental específico que necesitamos para el carisma.

 

Asumamos que estamos en camino a una reunión importante donde debemos hacer uso del carisma para lograr el mejor resultado posible, pero de repente en la carretera un auto aparece a toda velocidad en nuestra dirección y lo logramos esquivar por segundos.

 

Este hecho nos impacta y dependiendo de nuestra personalidad podría producirnos furia, nervios, pánico o ira incontrolable.  Pues bien, para poder volver a nuestro estado de carisma aplicaremos este paso.

 

Es tan sencillo como sentarse a escribir una nueva realidad en un papel.  La escritura accede a partes diferentes de nuestro cerebro y afecta a nuestras opiniones de maneras que otros modos de expresión no hacen.

 

En el ejemplo anterior tendríamos que enfocarnos en ciertos aspectos que alejen de nosotros las emociones que generó el hecho, podríamos por ejemplo escribir que la persona que venía manejando llevaba a un familiar gravemente herido hacia el hospital, ¿qué más agregarías tú?.

 

Sigue reescribiendo la realidad aportando un enfoque diferente y positivo.

 

Herramientas para crear estados mentales carismáticos

 

Visualización

 

Dados sus poderosos efectos mentales y fisiológicos, la visualización es una de las herramientas disponibles más eficaces para potenciar el carisma.

 

Se puede utilizar para antes de hacer una presentación, o antes de alguna reunión importante, incluso antes de escribir un email importante, pues hacer una visualización apropiada nos ayuda a adoptar el lenguaje corporal apropiado para que las palabras adecuadas fluyan sin esfuerzo.

 

Así también en cualquier momento en que sintamos ansiedad.

 

A continuación una guía paso a paso de una visualización para aumentar poder o confianza:

 

  • Cierra los ojos y relájate.
  • Recuerda una experiencia del pasado en que sintieras un triunfo absoluto; por ejemplo el día que ganaste un concurso o un premio.
  • Oye los sonidos que hay a tu alrededor, los aplausos, los murmullos de aprobación.
  • Ve las sonrisas y expresiones de cordialidad y admiración, en la cara de la gente.
  • Siente los pies afirmados en el suelo y los apretones de manos con que te felicitan.
  • Sobre todo, experimenta tus sentimientos, la cálida sensación de confianza que crece en tu interior.

 

Gratitud, benevolencia y compasión

 

Para activar la cordialidad, que es uno de los componentes clave de la conducta carismática vamos a aplicar 3 pasos que consisten en tener gratitud, benevolencia y compasión.

 

Paso 1: Gratitud

La gratitud es un gran antídoto contra todos estos sentimientos negativos porque surge al pensar en cosas que ya tenemos, desde artículos materiales o experiencias hasta unas relaciones preciadas.

 

Cómo ponerlo en práctica:

  • Recorre tu cuerpo de la cabeza a los pies y encuentra tres cosas por las que agradeces.  Puede ser por tener pies para caminar.
  •  Otra manera de invocar gratitud es centrarnos en pequeñas cosas, físicamente presentes. Mira alrededor y encuentra tres cosas agradables a la vista, incluso las más pequeñas.
  • Otra buena herramienta que aumenta la gratitud es ver nuestra vida con los ojos de otra persona, y escribir un relato sobre nosotros mismos bajo una óptica positiva. Empieza por describir tu vida como si fueras un observador externo, y céntrate en todos los aspectos positivos que se te ocurran.

 

Paso 2: Benevolencia

La benevolencia es el segundo paso en el camino hacia la cordialidad y, finalmente, hacia el carisma.

 

La benevolencia es el simple estado de desear lo mejor a los demás. Cuando nos concentramos de verdad en el bienestar de alguien, nos sentimos más conectados a ellos, se nos ve en la cara, y los demás nos perciben como alguien lleno de cordialidad.

 

Cómo ponerlo en práctica:

  • Una manera simple, pero eficaz, de empezar es tratar de encontrar tres cosas que te gusten en la persona hacia la que quieres sentir benevolencia. Puede ser incluso el color de camisa que tiene puesto.
  • Otra forma es imaginar que la persona con la que hablamos, y todos los que están a su alrededor, tienen unas alas de ángeles invisibles.

 

Si aunque sólo sea por un segundo, podemos ver a alguien como un ser fundamentalmente bueno, esto hará que nuestra reacción emocional hacia él sea más dulce y cálida, lo cual cambiará todo nuestro lenguaje corporal.

 

Paso 3: Compasión

La compasión por su parte es empatía más benevolencia; significa que comprendemos cómo se siente y le deseamos lo mejor.

 

Cómo ponerlo en práctica: compasión

  1. Imagina el pasado de esa persona. ¿Que tal que tú hubieras nacido en las circunstancias, familia y crianza de ella?
  2. Imagina el presente de esa persona. Trata, de verdad, de ponerte en su lugar en ese momento.
  3. Y por último, mírala y pregúntate: ¿Y si fuera su último día de vida?.

 

El uso del cuerpo para influir en la mente

 

Adoptar una cierta postura o expresión facial creará los sentimientos correspondientes en la mente, esto es porque las emociones y el lenguaje corporal están entrelazados.

 

Por lo tanto si queremos exhibir seguridad debemos adoptar una postura de confianza, aunque al principio pensemos que eso sería fingir, luego notaremos que en realidad la emoción está fluyendo.

 

A continuación unas posturas de ejemplo:

  • Para la confianza, la seguridad en ti mismo y para que seas capaz de transmitir gravedad, imagínate haciendo el papel de un general del ejército: párate con las piernas abiertas, saca pecho, ensancha los hombros, manténte derecho y enlaza los brazos a la espalda. Siente el efecto de esta postura en su interior.
  • Para conseguir una subida de energía y cordialidad, ponte erguido, estira las manos tan arriba como puedas, inspira todo lo que puedas (imagina que la caja torácica se ensancha, hasta alcanzar el doble de tamaño), sonríe con la sonrisa más grande que puedas y mira hacia arriba, aguanta un segundo y luego relájate por completo.

 

Calentamiento

 

Como pasar de cero a un carisma pleno a voluntad y al instante no es algo simple, ni sencillo, es mejor planear un periodo de calentamiento para cuando tengamos algún evento importante.

 

Aquí una lista de tres puntos para hacerlo:

 

  • Revisa tu programa de las horas previas al acontecimiento. Piensa en cómo te afectarán las actividades y reuniones que has planeado.  Cambia cualquiera que podría hacerte sentir mal contigo mismo y evita cualquier encuentro difícil.
  • Busca experiencias que aumenten tu cordialidad o tu confianza. Como ir a tomar un café con alguien que te haga sentir bien o tener una charla amena con un amigo.
  • Escucha música previo al evento. Crea tu propia selección de música para el estado interno que te gustaría tener. Puedes hacer una lista para la energía y la confianza, otra que te haga sentir cordialidad y empatía, otra que le inspire calma y serenidad.

 

Diferentes estilos de carisma

 

Aunque hay muchos más, la autora nos explica cuatro clases distintas de carisma: de focalización, de visión, de bondad y de autoridad.

 

Carisma de focalización

 

El carisma de focalización se basa principalmente en una percepción del presente. Da a los demás la impresión de que estamos plenamente presentes, con ellos, escuchándolos y absorbiendo lo que dicen.

 

Este carisma hace que los demás se sientan oídos, escuchados y comprendidos.

 

Otro componente clave del carisma de focalización: la capacidad de comunicar respeto.

 

Elon Musk es un claro ejemplo de este estilo de carisma.

 

Cómo desarrollarlo

Hay que cultivar la capacidad para estar presente, con alguno de los ejercicios descritos previamente.

 

Cuando usarlo

El carisma de focalización es apropiado para casi todas las situaciones empresariales. Es particularmente útil cuando necesitamos que los demás se abran y compartan información.

 

El carisma de visión

 

El carisma de visión hace que los demás se sientan inspirados; hace que creamos, aún cuando no les gustemos a los demás.

 

Un ejemplo de este estilo de carisma era Steve Jobs.

 

Transmitir un carisma de visión requiere la capacidad de proyectar una convicción y una confianza completas en una causa. Y este tipo de carisma es eficaz debido a nuestra incomodidad con la incertidumbre, buscamos algo que nos de seguridad.

 

El carisma de visión se basa en el poder y en la cordialidad.

 

Cómo desarrollarlo

Una de las claves para comunicar el carisma de visión es entrar en un estado de convicción total, despojándonos de cualquier duda.

 

Cuando usarlo

El carisma de visión es importante cuando necesitamos inspirar a alguien. Es particularmente útil cuando queremos inspirar creatividad.

 

El carisma de bondad

 

Este carisma se basa principalmente en la cordialidad. Conecta con el corazón de la gente y hace que nos sintamos bienvenidos, apreciados, abrazados y, sobre todo, plenamente aceptados.

 

El Dalai Lama es un ejemplo de este estilo de carisma.

 

Cómo desarrollarlo

Para acceder a la cordialidad se pueden Utilizar las herramientas tales como la gratitud, la benevolencia, la voluntad, la compasión.

 

Así también evitar cualquier lenguaje corporal de tensión, crítica o frialdad.

 

Cuando usarlo

El carisma de bondad es perfecto para cuando se quiera crear un vínculo emocional o hacer que alguien se sienta seguro y cómodo.  O en ciertas situaciones complicadas, como cuando hay que dar malas noticias o tratar con personas difíciles.

 

Carisma de autoridad

 

Posiblemente, esta forma de carisma es la que tiene más poder de todas. Y los que poseen este tipo de carisma no necesariamente les gustan a los demás.

 

El carisma de autoridad se basa sobre todo en la percepción del poder; la convicción de que esa persona tiene el poder de influir en nuestro mundo.

 

Evaluamos este carisma por medio de cuatro indicadores: lenguaje corporal, apariencia, título y reacciones de los demás, y la evaluación se da en ese orden, si se falla en el lenguaje corporal se habrá perdido el carisma de autoridad, aún si los otros tres puntos están correctos.

 

Wiston Churchill es un ejemplo de este estilo de carisma.

 

Cómo desarrollarlo

Nuestro principal propósito si queremos obtener un carisma de autoridad es proyectar poder exhibiendo signos de estatus y confianza, los cuales se logran con el lenguaje corporal y la apariencia.

 

Para ello se pueden utilizar las herramientas de visualización, la postura del cuerpo para entrar en un estado mental lleno de seguridad en usted mismo.

 

Respecto a la apariencia, elegir ropa que parezca cara o de alto nivel es una de las maneras más fáciles de tener aspecto de autoridad.

 

Cuando usarlo

El carisma de autoridad funciona bien en muchas situaciones de negocios, y en cualquier situación en que queramos que nos escuchen y obedezcan.

 

Cómo elegir el carisma acertado

 

Hay que tener en cuenta tres factores: nuestra personalidad, es decir elegir los estilos, herramientas y técnicas que nos queden más cómodos, nuestras metas, tener claro que queremos alcanzar, y por último la situación, entender el contexto.

 

Hablar y escuchar con carisma

 

La escucha carismática es un requisito absoluto para el carisma, y se trata tanto de la voluntad como de la capacidad mental de estar presentes, de prestar atención y centrarnos en lo que el otro dice.

 

Puntos importantes sobre la escucha carismática:

  • No confundir escuchar con dejar que el otro hable hasta que me toque a mi
  • Jamás interrumpir al otro, ni siquiera si el impulso para hacerlo procede del entusiasmo provocado por algo que el otro ha dicho.
  • Cuanto más dejemos que alguien hable, mejor le caeremos.
  • De vez en cuando hacer una pausa que se vea de forma natural, con tan solo dos segundos basta.

 

Puntos importantes para hablar con carisma:

  • Hacer que los demás se sientan bien, en especial respecto a ellos mismos. En lugar de tratar de impresionarlos, mejor dejar que ellos nos impresionen a nosotros.
  • Ser gráficos al hablar. Usar imágenes y metáforas para transmitir un mensaje convincente y carismático.  Por ejemplo en lugar de decir que la batería del celular tiene una vida útil de 360000 horas, utilizar un ejemplo gráfico que las personas puedan asociar con facilidad, decir que lavida útil de la batería del celular podría durar un viaje a la luna de ida y vuelta.
  • Usar el mínimo de palabras posibles y entregar todo el valor que se pueda.
  • Emanar cordialidad con la voz, para ello sólo hay que hacer una cosa: sonreír.

 

Lenguaje corporal carismático

 

Es nuestra comunicación no verbal la que le habla a la mente emocional de las otras personas.  Es esta la que amplifica la comunicación verbal cuando las dos son congruentes.

 

Si nuestro lenguaje corporal es contrario al carisma, no importa lo genial que sea el mensaje, no tendremos éxito, pues tendemos a confiar en lo que vemos más que en lo que oímos.

 

Una forma fácil de establecer la confianza y la relación es Imitando el lenguaje corporal de alguien.  Esta técnica suele llamarse reflejo o mimetismo.

 

Cuando reflejamos conscientemente el lenguaje corporal de alguien, activamos unos instintos profundos de confianza y agrado.

 

¿Qué hay que hacer?, simple tratar de reflejar la postura corporal del otro, la manera en que sostiene la cabeza, cómo coloca los pies, si mueve una mano entonces hacerlo nosotros también, incluso adaptar la velocidad de la voz y la entonación tal como lo hace esa personal.

 

Pero hay que hacerlo de forma sutil, aquí algunos puntos importantes

  • Ser selectivo: hacer sólo lo que nos resulte natural.
  • Usar variaciones en la amplitud: si el otro hace un gesto muy amplio, nosotros podríamos hacer otro más reducido.
  • Emplear pausas: dejar que pasen unos segundos antes de adoptar una posición refleja.

 

La postura correcta para proyectar poder implica:

  1. Ocupar espacio, tal como vimos anteriormente con el ejemplo del militar,
  2. Mantenernos quietos, pues alguien que inspira un alto estatus hace pocos movimientos, es en general una persona serena y con aplomo,
  3. Evitar la aprobación de todo lo que el otro dice, tanto de forma verbal como no verbal, es decir, evitar asentir con la cabeza y usar excesivamente palabra como “ajá”, “si”, “claro” cada vez que la otra persona termina una frase.

 

2 comentarios en “El mito del carisma de Olivia Fox”

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