Hello, Fears: vence tu zona de confort y conviértete en quien estás destinado a ser de Michelle Poler

El resumen de hoy es de un libro que se publicó en mayo pasado, así que es relativamente nuevo y que por ahora está solo en Inglés.

 

Se llama Hello, Fears: Crush your comfort zone and become who you’re meant to be, que en español sería Hola Miedos, vence tu zona de comodidad y conviértete en quien estás destinado a ser, de Michelle Poler.

 

 

Su autora nos habla de como pasó de ser una persona temerosa de todo, con muchísimos miedos, a ser una persona valiente que hoy en día se enfrenta a los miedos y sale de su zona de comodidad con tan de alcanzar los sueños que se ha propuesto.

 

Hoy en día Michelle es oradora, viaja por el mundo dando charlas sobre como afrontar el miedo, es empresaria y tiene su comunidad de Hello Fears donde hace su aporte a los demás a través de las redes sociales.

 

En este libro Michelle nos va contando su historia pues su objetivo es poder inspirar a los demás a través de lo que ella ha vivido y nos invita a nosotros también a tomar acción y a disfrutar lo que nos está esperando más allá del miedo.

 

Acá te voy a dejar algunos puntos importantes del libro, también podrás escucharlo completo en el podcast.

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Si te interesa comprar este libro te dejo el link donde podrás encontrarlo tanto en formato físico como digital:

Cómo empezó todo

Michelle es una mujer venezolana hija de judíos que vive desde hace muchos años en Estados Unidos.

 

A los 23 años se dio cuenta de que había alcanzado muchas de las metas que se había planteado desde niña, dio su primer beso a los 14 años, había encontrado el amor de su vida y se había casado con él, había terminado la universidad y se encontraba trabajando para una importante empresa de publicidad en Miami con un buen sueldo que le permitía tener una vida cómoda.

Un día se dio cuenta que lo único que le faltaba por cumplir de acuerdo a su plan de vida era convertirse en madre y comprar una casa, sin embargo, le faltaba esa sensación de éxito o de felicidad que se supone debería sentir por estar próxima a cumplir con todo lo que se había planteado.

 

Sentía que algo le faltaba, sentía que tenía mucho más para aportar y que esa comodidad en la que vivía no era lo que realmente quería, solo que no sabía por dónde empezar.

 

Así que acudió a terapia y su psicóloga le dijo que le estaba faltando tener nuevas metas, proponerse nuevas cosas, así que esto la impulsó a perseguir uno de sus sueños, que era vivir en New York.

 

Fue así como se decidió a estudiar un posgrado en Branding, es decir, en marca, y esto fue lo que marcó un antes y un después en la vida de Michelle,  pues en una de las clases le pidieron que escriba como le gustaría que fuera su vida en 10 años.

 

Esta simple consigna la hizo pensar en cómo le gustaría vivir sus próximos 10 años, pudo plasmar entonces aquellas ambiciones que siempre había tenido, lo que realmente ella deseaba y que la haría feliz.

 

Ella estaba muy emocionada con todo lo que había escrito sobre su futuro, hasta que llegó una pregunta más: identificar el mayor obstáculo que podría interponerse en sus planes.

 

Fue entonces cuando se dio cuenta que no había vivido su vida al 100% impedida por una sola cosa: el miedo.  Y que este era su mayor obstáculo para alcanzar todas aquellos sueños que había plasmado en el papel.  Estaba hambrienta de éxito pero paralizada por el miedo.

 

Así que su profesora les planteó a toda la clase el proyecto de los 100 días, que consistía en hacer una cosa repetidamente por 100 días seguidos, aquello en lo que quisieran trabajar como una forma de mejorar alguna habilidad o de ser una mejor versión de ellos mismos, por supuesto ligado al mayor obstáculo que habían identificado previamente.

 

Bien, Michelle decidió hacer su proyecto de “100 días sin miedo”, en el que tuvo que enfrentar cada día algo a lo que ella le tenía miedo.

 

Su meta era convertirse en una persona valiente.  Pasó de simplemente reaccionar a la vida a ser intencional sobre su vida.

 

Más adelante les contaré de dónde provenían los miedos de Michelle.

 

7 miedos centrales

Al ir avanzando en su desafío de 100 días sin miedo, pasando desde vencer su miedo a los perros, volar en helicóptero, hacerse un piercing, hacerse el depilado brasileño, ir a un bar sola, donar sangre por primera vez, bailar como si nadie la estuviera mirando en pleno Times Square (el lugar más concurrido de Manhattan), Michelle entendió que no tenía 100 o más miedos, que en realidad todos se resumían a 7 miedos centrales:

  1. Miedo al dolor físico
  2. Miedo al peligro
  3. Miedo a pasar vergüenza
  4. Miedo al rechazo
  5. Miedo a la soledad
  6. Miedo al control o a perder el control
  7. Miedo a las cosas repulsivas

 

Dentro de esas 7 categorías habían algunos miedos con los que se sentía menos incómoda que con otros, y que eran totalmente distintos a los de su esposo, quien tiene una personalidad muy diferente a la de ella.

 

Por lo cual aún cuando el miedo es universal también es extremadamente personal,  cada uno tenemos nuestras propias zonas de confort, sabemos exactamente donde empiezan y donde terminan, y son únicas de cada individuo al igual que nuestro cuerpo o nuestra personalidad.

 

Lo que para mi puede ser más fácil de afrontar puede no serlo para ti.

 

Por ejemplo con el miedo al dolor, cada persona tiene un umbral diferente de tolerancia.

 

El miedo al peligro también lo definimos cada uno, mientras que muchas personas no ven peligro en salir a andar en bicicleta por las calles de una ciudad bastante transitada quizás no se atreverían a hacer algún deporte extremo.

 

El miedo a pasar vergüenza por su parte está muy relacionado a nuestra necesidad de encajar, de pertenecer, de mantener el status quo, el cual limita muchísimo nuestra autenticidad e individualidad.

 

El miedo al rechazo es el miedo al dolor emocional.  Escuchar un “no” es una de las cosas mas duras que los humanos tenemos que enfrentar, pues causa un profundo dolor en nuestros corazones, nos hace creer que no somos suficientes, por lo que tratamos de evitarlo lo mas que podamos,

 

El miedo a la soledad.  Puede que para muchas personas el tener un tiempo a solas sea muy necesario, mientras que otras lo evitan a toda costa, no conciben la idea de estar con ellos mismos y de hacer actividades sin compañía, enfrentarse a su soledad los aterra.

 

Las personas excesivamente controladoras por su parte no se dan cuenta que justamente ese exceso de control es lo que no les está permitiendo vivir el momento, mientras más se esfuerzan por controlar todo en su vida menos la disfrutan.

 

El miedo a las cosas repulsivas tiene que ver por ejemplo con probar nuevas comidas que quizás parecen un poco asquerosas para nuestros ojos pero que podrían resultar deliciosas, como comer insectos, o simplemente ir a un baño público en un evento masivo.

 

Ustedes, ¿qué orden le darían a estos 7 miedos si tuvieran que ir desde el que menos les incomoda hasta el que más les incomoda?.

 

Miedo a lo desconocido

 

Hay algo común entre todos estos 7 miedos, y es que la razón por la que tememos enfrentar algo nuevo, algo que no hemos intentado antes es porque no sabemos cuál será el resultado, es decir, tenemos miedo a lo desconocido.

 

Y aquí es donde entra la tan llamada zona de comodidad o zona de confort, la misma se expande a medida que enfrentamos nuestros miedos pero se contrae cuando nos limitamos nosotros mismos.

 

Puede ser que tu miedo te frene de intentar algo y que te convenzas a ti mismo de que en realidad no te gusta, cuando nunca lo podrás saber si no lo intentas, y si al final termina pasando que no te gusta pues entonces podrás hablar con convicción, de que realmente eso es algo que no te gusta, pero si no le das al menos una oportunidad nunca lo sabrás con certeza.

 

Piensa en aquello que tienes miedo de hacer y que está limitando tu vida en cierta forma, aquello que te está impidiendo cumplir algo con lo que sueñas.

 

Espero que con las enseñanzas de este libro te decidas a vencer el miedo e intentarlo.

 

Michele descubrió que mientras más decía si a las nuevas experiencias más emociones se permitía sentir y que esto era posible porque había decidido abrazar lo desconocido.

 

Comprendió que el sentimiento de miedo es también una señal de crecimiento, progreso y oportunidad,

 

Perdiendo el miedo al control

 

Para poder vencer su miedo al control, que le impedía vivir el presente, Michelle comparte 7 métodos que la han ayudado:

 

  1. Salir de la zona de confort:  planear cosas que no has hecho antes en lugar de seguir la misma rutina de siempre.
  2. Concentrarse en el camino en lugar de en la meta: esto implica disfrutar el proceso, tanto a nivel personal como en lo profesional, he visto muchas personas ansiosas por terminar sus estudios y tener finalmente su título en mano, o personas que celebran su ascenso pero no disfrutaron el proceso.  Para poder cambiar la perspectiva y poder disfrutar la clave que nos da Michelle es sentir más gratitud por las que que tenemos que hacer cambiando la frase “tengo que” por  “elijo esto” o ” soy “bendecido por”, por ejemplo, en lugar de decir tengo que ayudar a mi hijo con su proyecto de la escuela mejor decir elijo ayudar a mi hijo con su proyecto de la escuela.   Al poner nuestras tareas en términos de gratitud nos ayuda a apreciar lo que tenemos y encontrar alegría en el acto de hacerlo, en lugar de solo buscar hacerla para terminarla pronto.
  3. Apreciar el momento como si fuera tu última vez
  4. No subestimar el tiempo: es lo más valioso que tenemos, entonces, en lugar de decir si a todas las cosas que se nos presentan, realmente pensar si queremos hacer aquellos que nos propusieron o invitaron, y que no sea solo por compromiso o por herir susceptibilidades, hacerlo solo si realmente es algo que nos entusiasma y queremos hacer.
  5. Planear disfrutar: esto significa planear cuanto te sea posible previo al evento, presentación, reunión o fiesta, pero dejar de controlar una vez que el momento llega y el lugar de eso disfrutarlo.
  6. Vivir primero, documentarlo después: esto va para todos aquellos amantes de compartir sus experiencias en redes sociales, Michelle es una de ellas, pero ha entendido que el intentar documentar algo que está viviendo la priva de disfrutarlo completamente e incluso suele perderse detalles por estar mas pendiente de encuadrar bien el video o la foto.
  7. Haz lo que te gusta como si nadie más te estuviera viendo: dejar de limitarte por lo que los demás puedan opinar, pues eso te privará de vivir tu vida al máximo,  Si dejas de pensar en si los demás te van a juzgar  vas a poder disfrutar más del momento.

 

Diferencia entre “no tener miedo” y ser valiente

El miedo es una de las cosas que nos hace humanos por lo tanto una persona no puede definirse como miedosa o no miedosa, pues todos tenemos miedos, solo que cada persona tiene miedos diferentes.

 

Luego de completar su proyecto de 100 días sin miedo la gente empezó a presentar a Michelle como la amiga/compañera/invitada que no tiene más miedos, cuando en realidad todos sus miedos siguieron estando ahí, solo que ahora tenía la valentía de enfrentarse a ellos.

 

Ser valiente es, cuando a pesar del miedo, tenemos el coraje de tomar acción, y eso es mucho más poderoso e inspirador que ser una persona sin miedos.

 

Cuando Michelle se enfrentó a su miedo número 95 estuvo a punto de renunciar.

 

Este consistía saltar a una piscina desde lo alto de una roca en un parque de diversiones acuático, estaba aterrada, veía pasar a su lado a muchos niños sin ningún tipo de miedo y saltar, cuando fue su turno se paralizó y pensó seriamente en no hacerlo aunque toda la gente a su alrededor la animaba a saltar.

 

De repente vio a una niña visiblemente atemorizada ir hacia el borde de la roca mirar hacia abajo y luego regresar hacia atrás, Michele se sintió inmediatamente conectada con la niña, ambas tenían miedo, finalmente no se sintió tan sola, sin embargo lo que vino a continuación la impactó, aquella misma niña se acercó nuevamente al borde, respiro, cerró los ojos y saltó. Sin saberlo esa pequeña niña inspiró a Michelle a hacer lo mismo, pensó: si ella pudo, yo también puedo, y finalmente se lanzó al agua, venciendo su miedo número 95.

 

Hablar de valentía a los demás lo podemos hacer todos, decir que hay que afrontar los miedos y que siempre hay que elegir el crecimiento, pero causar un impacto en ellos no se logrará a menos que ellos nos vean afrontar los propios.

 

¿Cuántas veces le dices a tus hijos que afronten sus miedos pero nunca les muestras que tú mismo estás enfrentándote a los tuyos?

 

Sucede lo mismo con el liderazgo, un líder sin miedos además de peligroso es también inalcanzable, nada inspirador y poco cuidadoso con los riesgos.

 

Mientras que un líder valiente es aquel que te alienta a tomar riesgos calculados, informado de lo que está en juego y por lo tanto capaz de determinar con precisión si la potencial recompensa supera el riesgo.

 

Valentía es alcanzar las metas que tú quieres para tu vida, a tu forma y en tus tiempos, y no las metas que la sociedad espera que cumplas.

 

Cómo convertirte en tu yo auténtico

 

Para Michelle encontrar nuestra autenticidad implica abrazar nuestras imperfecciones o nuestras diferencias, pues si somos capaces de resaltar nuestro verdadero yo los demás podrán ver belleza en nosotros.

 

Si somos capaces de ser seguros de nosotros mismos entonces el bullying o la crítica tendrá menos poder sobre nosotros.

 

Así también el actuar de manera diferente, pensar de manera diferente o expresarnos de manera diferente no tiene por que intimidarnos, más bien nos da la oportunidad de sobresalir ante los demás, de hacer jugadas audaces que nos permitan estar donde queremos.

 

Cuando Michele aplicó a su posgrado tuvo que enviar su portafolio de diseños, ella sabía que competía con muchos otros aspirantes pero que solo habían 25 plazas disponibles, por lo que en lugar de presentar su portafolio y tratar de convencer a la Universidad de lo buena que ella era, decidió más bien criticar su propio trabajo, explicando como podría mejorar cada uno de sus diseños y pidiéndoles a ellos la oportunidad de poder aprender a hacerlo mejor la próxima vez siendo parte del programa.

 

Tu auténtico yo es el que sale a relucir cuando estás rodeado de las personas más cercanas a ti, con las que sientes confianza de ser tú y no te preocupa el parecer de cierta manera o no.

 

Pero qué pasa cuando estás rodeado de personas con las que por presión tienes que pretender ser de alguna manera, esto puede hacerte sentir que no eres suficiente y es ahí cuando empiezan las comparaciones con los demás.

 

Si bien la comparación es parte de nuestra vida, pues desde niños nos comparan con nuestros hermanos, primos, otros estudiantes u otros deportistas, resulta que de adultos seguimos haciendo exactamente lo mismo, pero esta vez nosotros mismos, comparando nuestra vida, logros, carrera, dinero, apariencia, en fin, todo.

 

Todo esto no hace más que traer a nuestra vida al síndrome del impostor, que es cuando las personas sienten que no merecen lo que tienen, y se vuelve un círculo vicioso mientras más logros obtienen.

 

Quizás conseguiste un trabajo muy bueno, pero al poco tiempo sientes que no eres tan bueno en ese puesto, por lo que trabajas duro para compensarlo, entonces recibes un ascenso, como no te lo esperabas y obviamente piensas que es un error de ellos y que pronto se darán cuenta de que no eres la persona indicada para ese rol entonces decides trabajar duro, y ocurre que nuevamente te vuelven a ascender.

 

Entonces en lugar de comparar y caer en el síndrome del impostor, mejor contrastar.

 

Cuando contrastamos debemos mirar adentro, sentirnos bien con quienes somos, entender que es la única manera de crecer y llegar a ser auténticos, incluso si a los demás no les gusta o no están de acuerdo con nuestras decisiones.

 

En cambio cuando nos comparamos, nos victimizamos y permitimos que las circunstancias nos definan, nos enfocamos en nuestras debilidades en lugar de en nuestras oportunidades.

 

Michelle nos impulsa a diferenciarnos de los demás, contrastando en lugar de comparando para lograr ver lo que los otros no están haciendo y encontrar ahí la oportunidad de llenar los espacios en blanco.

 

Los espacios en blanco son territorios no explorados, buscar aquello que nadie más en tu industria está haciendo, aquello que los demás no se atreven a hacer por miedo a no encajar, por miedo a ser diferentes.

 

Solo aquellos valientes que logren identificarlos y se atrevan a hacer un buen uso de esos espacios serán los que tomarán ventaja y podrán ser disruptores de la industria.

 

Tu marca propia

No solo los productos tienen una marca, las personas también solemos crearnos nuestra propia marca cuando queremos vender nuestros talentos a los demás, sea en un trabajo o de forma independiente.

La marca propia es la que construimos al mostrar al mundo quienes somos en la forma más auténtica posible.

Para poder hacerlo necesitamos tener en claro tres elementos: nuestros valores, nuestro tono y nuestra propuesta única de venta.

 

Los valores

Don los que definen lo que apreciamos más y en lo que creemos. Y aunque podemos identificarnos con miles de valores cada persona tiene tres o cuatro valores centrales que definen sus acciones y elecciones.

Los valores no solo definen gran parte de nuestra personalidad sino que también nos ayudan a tomar decisiones y priorizar.

Si antes no habías escuchado sobre esto puede que ahora mismo no tengas claro cuales son tus valores centrales, pero intenta ir descubriéndolos basado en las decisiones que tomas antes diferentes situaciones.

 

El tono

Es lo que le da personalidad a nuestras palabras y acciones.   Cada uno de nosotros tiene un tono diferente.

No te ha pasado que cuando recibes un mail de un familiar, amigo o colega y lo lees, en tu mente lo estás leyendo con su tono de voz y en su forma de hablar?.

Seguramente si alguien agarrara tu teléfono y enviara un mensaje desde tu whatsapp a algún amigo cercano la otra persona se daría cuenta que no eres tú, por la forma de escribir, porque la forma de expresarse o las palabras que usó no te caracterizan, bueno, es exactamente eso a lo que el tono se refiere.

 

La propuesta única de venta

Es aquello que tenemos que nos diferencia de los demás.  Así como en publicidad cuando se quiere promocionar un producto se buscan sus características que lo hacen único, así también nosotros debemos buscar aquello que nos hace únicos.  Busca entonces que haces en tu trabajo o en tu negocio que te hace único.

 

Una vez que completes estos tres elementos tendrás entonces definida tu marca personal propia.

 

Afrontando la crítica

 

Tanto si decides exponerte al mundo a través de la web para compartir tu marca personal propia, para compartir con los demás aquello en lo que los puedas inspirar, ayudar o enseñar, como si decides hacerlo solo con tu círculo más cercano, amigos, familia y entorno laboral, siempre vas a recibir comentarios alentadores y valiosos, como la tan temida crítica.

 

Lo importante es que no te dejes definir por la crítica, no dejes que la crítica te detenga de seguir haciendo lo que quieres y te apasiona, sino más bien que sea la crítica la que te incentive a ir por más.

 

Es normal que cuando hieren tu ego te empieces a cuestionar si realmente lo que haces es suficientemente bueno, si tú eres bueno en aquello que haces y si deberías realmente molestarte en seguir haciéndolo, estas y otras preguntas se instalan en la mente, esa vocecita malévola intenta sabotearte,

 

Michelle comparte su estrategia de 4 pasos que ella sigue para manejar la crítica:

 

  1. Escuchar: poner atención a lo que dice la crítica, entender si todos los puntos que toca la crítica son falsos o si hay algo de verdad, pues siempre hay lugar para mejorar, nadie es perfecto, entonces alejar la rabia o la molestia inicial que nos causó y definir el porcentaje de verdad que tiene la crítica.
  2. Crear distancia: implica pensar en la persona que hace la crítica, si la conoces entonces pensar en el tipo de decisiones que suele tomar, el trabajo que hace, las luchas por las que ha pasado en su vida, si no la conoces al menos intenta imaginar, y luego entender cuál es la intención detrás de su comentario, lo hace como una crítica constructiva para ayudarte a mejorar o lo hace tan solo para hacerte sentir mal.  Entender el contexto y desde que lugar viene la crítica te puede ayudar a no tomarlo de forma personal.
  3. Tomar una decisión:  implica decidir si vas a cambiar la forma como haces algo porque entiendes que la crítica es constructiva y estás dispuesto a mejorar, o si vas a decidir seguir apostando por aquello que haces porque crees en ti y porque el comentario viene desde un lugar negativo.
  4. Tomar acción: usar la crítica como gasolina para seguir avanzando en tu mejor versión y probar a aquellos que dudaron de ti que se equivocan.

 

Recuerda que tú también tienes a tu propio crítico interno.

 

“Nadie nos está juzgando de la misma forma en la que nos juzgamos nosotros mismos”

 

Entonces cuando cometas un error, que por supuesto pasará seguido, pues somos humanos, recuerda que hiciste lo mejor que pudiste con el conocimiento y las herramientas que tenías en ese momento, no seas tan duro contigo, acepta tu error, piensa en las cosas que podrías hacer para mejorar y luego da vuelta a la página, agradece por las lecciones aprendidas y perdónate a ti mismo.

 

El miedo al fracaso

 

El miedo al fracaso nos detiene de luchar por nuestras metas, sueños o ambiciones.  Nos da tanto miedo el riesgo que trae el aventurarnos e intentar cosas nuevas que ni siquiera lo intentamos.

 

Preferimos quedarnos en nuestra zona de confort aun teniendo frente nuestro 10, 15 o 20 puertas con la posibilidad de que una sea la puerta que nos lleve directo a nuestra meta.

 

Enfrentar el miedo al fracaso implica arriesgarse a abrir una a una las puertas sabiendo que posiblemente la primera que abras no será la indicada,  pero que con solo el hecho de haberla abierto ya te estás acercando mas a la puerta correcta.

 

Cada una de esas puertas tiene un propósito, algo que enseñarte, y todo eso que aprendas al abrirlas te hará cambiar a ti también, esas lecciones te darán nuevas perspectivas.

 

Cuando finalmente abras la puerta de la vida que anhelas te darás cuenta que no es tu puerta final, que con el tiempo te volverá a brindar un nuevo set de puertas para abrir y seguir creciendo.

 

Si, tomar acción te puede conducir al fracaso, al rechazo y al dolor emocional, pero cuando sabes a donde quieres ir y estás comprometido con hacerlo, nada es mas importante.

 

Y entonces fracasar deja de ser que obtengas un resultado equivocado sino que ahora fracasar es el acto de ni siquiera intentarlo.

 

Piensa entonces que cada vez que das un paso atrás ante el riesgo, que no intentas cosas nuevas o no te aventuras a lo desconocido, estás un paso mas lejos de alcanzar tus metas.  No mucha gente está dispuesta a dejar su zona de confort e ir tras sus grandes sueños.

 

Es por esto que el real enemigo del éxito no es el fracaso, sino el confort.

 

El proceso de afrontar los miedos

 

En su desafío de los 100 días sin miedo Michelle descubrió por experimentación propia las 6 etapas que se viven al enfrentar un miedo.

 

Etapa de descubrimiento:

Ocurre cuando lees algo, escuchas algo o miras algo que tú nunca habías ni remotamente considerado antes y tu respuesta inmediata es “yo nunca haría eso”.

 

Etapa de negación

Inmediatamente luego de tu descubrimiento tu mente empieza a formular razones por las cuales definitivamente no deberías afrontar ese miedo. Y es aquí donde muchas personas se quedan, en su zona de confort validada por las excusas.

 

Etapa de Determinación

Es cuando pones en jaque esas excusas y empiezas a pensar en la remota posibilidad de que todo vaya bien al afrontar ese miedo, es entonces cuando aparece la emoción y las expectativas que te empujan a enfrentarlo.

 

Etapa de Que carajos estoy haciendo

Esta etapa ocurre justo momentos previos a que enfrentes tu miedo, y tu mente se pregunta como fue que llegaste ahí, en que estabas pensando cuando lo decidiste, y se llena de los peores escenarios posibles.  Aquellos que logran vencer esos pensamientos son los que pasan a la siguiente etapa.

 

Etapa de la acción

Es el momento en el que decides saltar, hacer o decir, basicamente actuar sin mirar atras.  En ese momento ya estas bien lejos de tu zona de confort y lo sabes.

 

Etapa de celebración

Cuando te sientes orgulloso de haber vencido ese miedo, de haber tomado acción y de haberlo logrado, aun cuando al inicio te negaste, o cuando estuviste a punto de rendirte en la etapa de Que carajos estoy haciendo, sin embargo avanzaste y por eso ahora puedes celebrar.

 

Cómo superar la etapa Que Carajos estoy haciendo!

 

Michelle comparte su secreto para poder vencer la etapa de Que carajos estoy haciendo, fue algo que descubrió justo cuando estaba enfrentando su último miedo, dar una charla TEDx.

 

Paralizada de miedo por lo que estaba a punto de hacer y sin saber a donde esconderse, recibió palabras de aliento de uno de los voluntarios de TEDx que estaba junto a ella: linda, tú puedes, todo va a estar bien, además, ¿qué es lo peor que podría pasar?.

 

Una frase que todos hemos escuchado muchas veces, pero que en ese momento instaló en la mente de ella justamente eso, todo lo peor que podría pasar.

 

Pero en un momento de revelación se dio cuenta que no iba a sacar el coraje para dar su charla si solamente consideraba los escenarios negativos, así que decidió cambiar la pregunta a:

¿qué es lo mejor que podría pasar?

 

Y de repente vio un abanico de oportunidades, se repitió todas las cosas que podrían salir bien y se fue llenando de confianza y el miedo se fue alejando.

 

Desde ahi en adelante cada vez que tiene que enfrentarse a algo que la atemoriza o con lo que no se siente muy cómoda decide preguntarse: ¿qué es lo mejor que podría pasar?.

 

Por lo tanto empieza a entrenar a tu cerebro para que cada vez que te tengas que enfrentar algún miedo pongas tu enfoque en las recompensas y no en los riesgos.  Esta es la forma en la que vas a poder escoger crecimiento en lugar de confort.

 

Cambia tu futuro

Es importante entender de donde provenían los miedos que tenía Michelle y los pasos que nos recomienda para poder cambiar nuestro presente y nuestro futuro.

 

Los abuelos de Michelle al ser judíos fueron despojados de sus casas en Rumania y enviados a campos de concentración junto con sus familias, tuvieron la suerte y la fortaleza de sobrevivir y apenas pudieron huyeron de Europa y se instalaron en Venezuela.

 

La madre de Michelle creció escuchando esta y otras historias más sobre el holocausto e inconscientemente se instalaron en ella ciertos temores, siempre pensando que lo peor podría pasar, fue esto lo que transmitió también a su hija.

 

Por otro lado si bien cuando Michelle nació Venezuela era un país muy distinto al que es hoy en día, con el paso de los años se empezó a convertir en un país con mucha inseguridad, robos, secuestros, sicariato, entre otras cosas, tanto así que Michele se sentía insegura en su propia casa, pasando a veces noches sin dormir pensando que alguien se podía meter.

 

Todo esto la hacía vivir en un constante estado de ansiedad y por supuesto miedos.

 

Cualquiera que sea la mochila pesada que llevemos siempre existe la opción de dejar de cargarla o al menos de aligerar su peso.  Para esto tenemos los siguientes 8 pasos:

 

  1. Imagina tu cambio: Para poder lograrlo tienes que creerlo, para eso imagina en la persona en la que te quieres convertir mentalmente, físicamente y emocionalmente.
  2. Ayúdate tu mismo: cuando ya te hayas convencido de que es posible entonces empieza a buscar ayuda, quizás puedes empezar por leer libros de autoayuda, escuchar charlas de gente que te inspire, ir a terapia, seguir a gente que te impulse a seguir por aquello que quieres, por lo que quizás tengas que hacer una limpieza en tus redes sociales.
  3. Define tu camino: haz que tu experience ayude a otros.  Comparte con otros lo que te enseñó esa mochila pesada y lo que hiciste para poder  dejarla, intenta impactar en otros como te hubiera gustado que alguien hubiera hecho contigo.
  4. Ponte a trabajar: manos a la obra, para poder llegar a ser la persona que imaginaste en el primer punto vas a tener que trabajar en ti, quizás tengas que tomar cursos, rodearte de gente experta en el tema o asistir a seminarios, piensa en todo aquello y a trabajar.
  5. Cambia el enfoque: cuando te sientas paralizado por los cambios que estás haciendo détente a pensar que esta vez ya no estás trabajando solo por ti, sino también por los demás, por generar un impacto, por beneficiar a otros.  Puede aplicar si quieres ser un chef, o si quieres ser un fotógrafo, cuando lo estés haciendo piensa en el valor que les aportas a ellos.
  6. Recuerda siempre: por qué empezaste y donde empezaste, es lo que te dará propósito.
  7. Perdona: acepta y perdona tu pasado, solo así podrás seguir adelante. Perdona a la persona que necesites, seas tu mismo o alguien más, deja ir y da vuelta a la hoja.
  8. Cambia tu futuro: trabajando en tu presente estás cambiando tu futuro.   Dejando ir tu pasado, trabajando en ti, generando impacto es como te vuelves imparable.

 

Recuerda que podemos convertirnos en el héroe de nuestra propia historia o la víctima, todo depende de nosotros mismos.

 

Si te interesa conocer un poco más sobre la historia de Michelle te invito a buscar sus videos en su canal de YouTube, donde podrás ver el reto de los 100 días, su charla TEDx y algunas entrevistas que le han hecho, así también puedes conocer un poco mas de su comunidad en instagram, la puedes encontrar como @hellofears.

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